el vacio de una ciudad

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ese es tal vez el lugar...

jueves, 12 de mayo de 2011

Serafines adormecidos que intentan dormirse



Quizás el calvario vuelva como aquella vez, pero hoy hay respuestas, otra mirada, otro persona y (si bien la conozco) también se que no hay solución.
Los viernes por las tardes se ha hecho costumbre salir de vacaciones a la bañera, tomar un vodka escuchando rituales indios y ver el agua caer. Caminar por senderos caminados y hacerle aportes literarios a la literatura futurista.
Cinco minutos del día son destinados a buscar en la caja de las risas, alguna sonrisa que valla acorde al momento, no por eso la sonrisa queda bien…
La movilidad es que vos no la busques, sino que rías desesperadamente siempre, y en mis tontas sensaciones yo me adjudicare alguna…

La ausencia presente…
La morbosa hora de la cena me lo dice cada vez…
El sol incandescente de las tardes de abril, ese capas de resucitar personas con vidas postergadas, a veces también me lo cuenta…
Las noches solitarias de regreso a casa y la llegada desorientadora…alguna que otra vez me lo hacen saber.
Me lo dice con ternura tu silencio…lo extraño es que le gusta repetirlo…

Mientras imagino que cantas la canción que no te gusta pero que calma mi agonía, saboreo aquel Browne de sábados por la tarde…y en las madrugadas mientras duermo con mis ojos abierto me invito en aquel recuerdo un mate…

Será un consuelo, una necesidad…Serán las ganas reprimidas, o quizás los actos incompletos de aquellos días; lo que nos hace sentir que en aquellos tiempos supimos construir un mundo perfecto…

Soñando sin poder dormir, duermen (y para siempre) las noches de amor…

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