el vacio de una ciudad

el vacio de una ciudad
ese es tal vez el lugar...

jueves, 21 de julio de 2011

Algo salio bien.

Ella conoció mi inconciente más ridículo, conoce mi esencia.
Me declaro las guerras más difíciles, siendo el peligroso enemigo me ayudo a vencerla.
Solo en ciertos estados esta presente, el recuerdo de su cara me pide que escriba o desaparecerá.
No responde preguntas pero evita preguntar, me facilita recuerdos agradables y me pide que cante fuerte algo sin destino.
Se las ingenio para ser de verdad, entonces camino de su mano todas las tardes.
Soy el campeón de la rueda de perdedores.


Formar parte de un recuerdo, ya es todo un logro.
(Indefectiblemente algo bien habremos hecho…)

Era jugar a ser dios, convencido de que incluso eras mejor.
Fueron momentos de no temerle al infierno por mas aterrador que se mostrara, pues sabias que ella era el ángel lucifer.
Refutabas mitologías, y extrañamente la gente te creía.
Era el valor agregado a cada una de las cosas y hasta lo mas simple resultaba complejo; agradables sensaciones complejas…

Si bien todo pareciera evolucionar, cuando agobia la rutina muchos siguen caminando movilizados por la creencia de que en algún otro lado esta pasando lo que ya paso; en algún extraño y desconocido lugar los recuerdos están volviendo hacer lo que ya hicieron.


Formar parte de un recuerdo, ya es todo un logro.
(Indefectiblemente algo bien habremos hecho…)

miércoles, 13 de julio de 2011

Viendo visiones



Un colectivo, su recorrido. Rostros de todo tipo, muchos de ellos clonados en los días, misma hora, mismo fin.
Cantan dos sujetos, dicen que sus vasos están vacíos. Vi un vacío mucho mas profundo que el recipiente pero no era de mi incumbencia. Continúe indagando mi libro. En un colectivo, siendo parte de su recorrido. Portando algún tipo de rostro, a la misma hora de otros días.

Ya en tierra firme, camino a pasos apurados que se han cansados antes de imaginar una caminata, Una voz dialoga con alguien que no escucho; la voz tampoco escucha nada.
Esta voz pregunta muchas cosas a la vez, sus preguntas son de fácil respuesta pero pareciera que cada vez se apresura mas a preguntar, quizás no quiere respuesta…
Sopla un viento tipio, ciudad empapada en humedad. No se si la voz ha callado o el viento se superpone a sus preguntas. Ya no escucho ni siquiera el viento.

Ahora las situaciones inconclusas nacen de mis ojos, deje de ver.

Sin embargo, estoy viendo…

El suelo es el cielo del paraíso. Los sueños se mueven, algunos tienen ruedas otros gatean. Suspiros de placer interminables que empujan a los sin aliento a llegar a casa. Personas que lloran a causa de la tristeza de ya no sentir y gente desamparada que perdió la esperanza de ser feliz, saquean los bancos intentando encontrar una razón para seguir existiendo.
Una gran sala de espera: señoras, niños, madres, doctores, farmacéuticos y animadores; esperando que pase el próximo tren. Horas antes observe esta situación, ayer también paso algo similar, la semana pasaba me desoriente intentado contabilizar las veces que sucedió. Al tren siempre se lo ve venir vacío, ¿Dónde ira?
Gente que desaparece sin dejar rastros de su partida, los demás no se interesan en saber el motivo, mas logran querer a quienes se fueron.
Pero en cada cuadra sobre vuela un aire venenoso, muchos ríen a carcajadas (imposible de describir en palabras) saltan de lo mas alto de un edificio y matan plantas para rendir culto a lo que no es mas que su imaginación; gente ilusionada
.

Asustado, desconcertado por no poder entender las razones de lo que veía, comencé a correr hacia las afueras de la ciudad; me perdí.
Cada colectivo que intente parar para que me lleve, donde sea, pero que me lleve; no paro. Algunos de los vehículos decían “limite de pasajeros”. Iban vacíos.
Pregunte a la gente del lugar donde quedaba la calle virasoro, es allí donde recuerdo que mis visiones comenzaron, nadie sabia hablar.
Casi sin fuerzas, perdido en mi visión cruce a un anciano que me propuso caminar por la plaza al día siguiente a las cuatro de la tarde.
Enfurecido, aturdido con mis propios gritos comencé a gritarle al viejo. El nunca contesto. Solo se digno a dejarme una nota y se fue. Le dije las groserías más groseras y nunca reacciono.

La nota
Te será difícil salir de aquí, cada vez que lo intentas te compenetras mas aun en tu visión. Prueba utilizando la paciencia.

Al otro día (para mi habían pasado meses) me encontré con el anciano en el lugar que me había indicado. No dijo ni siquiera una palabra en más de media hora, para ese entonces yo había dicho todo y más, al derecho y al revés. El anciano se levanto diciendo “lo único que te hará salir de aquí será la ilusión” y luego se fue.

En ese preciso momento entendí la vida, si es que existe una.
Descubrí que desde que tengo uso de razón he estado mutando en las posibles realidades sin poder formar parte de ellas, sin poder ser de verdad. Luego de cierta cantidad de pasos las diferentes visiones te exigen algo a cambio, puedes dárselo o seguir en busca de alguna otra visión menos exigente. Y así fue, estuve paseando en mis interminables visiones hasta el momento de pagar las expensas. Dichas visiones no son más que la PRE-realidad; pues la realidad comienza cuando la visión pasa hacer tangible, pero para eso es indispensable la ilusión. Y yo nunca creí.

Nota: nunca se pudo comprobar en cual de todas sus visiones fue escrito el texto.