el vacio de una ciudad

el vacio de una ciudad
ese es tal vez el lugar...

martes, 23 de junio de 2009

la lambada que llorè

Bailando la lambada en una noche del siglo veinte, cuando aun no se hablaba del fin de de esto llamado mundo, me vi seducido por el comienzo de un rocío que años mas tarde me dio sensibilidad.
A penas meses mas tarde experimente lo que en estos días el común de las personas denomina soledad; esa habitación era tan fría y tan llena de silencios, que sin importar el momento solo basta con cerrar mis ojos para volverla a recordar.
También recuerdo esa silla de madera junto a una mas clásica. Que dialogaban todo el tiempo en mis horas de tarea y creo que por ser ingenuo, o por falta de adaptación a algún sistema desconocido en ese momento para mi, siempre a mis preguntas las discutían de forma interna olvidando siempre comunicarme la repuesta.
Ese…ese guardapolvo blanco que cruzaban frente a mi impactante figura en forma militar cuando ya nadie lo recordaba; lo que para nada concordaba con mi idea de proyectarme en algún futuro popular.
Entonces mi orgullo, el cual era extremadamente grande pero de poco capital, se exiliaba queriendo evadir las risas de la ironía; terminando en ese simple lugar que tampoco era mió, pero que al menos me servia para llorar.

vos...

Camina la peatonal, donde cree conocer a todos sin distinguir a nadie, esperando encontrar a un integrante de su historia. A pesar del disgusto que esto le provoca, esquiva los panfletos mirando hacia arriba exponiendo su indiferencia autodestructora.
Quiere retomar un suceso pasado que marco su camino. Cree estar transitando el mismo sendero, donde casualmente tampoco se distingue el sol y el viento le pega fuerte en el rostro llevándolo a la niñez.
Esto se vuelve difícil y con forma de laberinto, pues este día, como muchos otros cuenta con un determinado mecanismo, que no puede obviar. Volviéndose útil en momentos confusos cuando pretende huir.
Es así que neutraliza sensaciones y evita totalmente sentimientos profundos, dejando en forma inconciente que los actos hablen por el.

domingo, 7 de junio de 2009

Sueños despiertos y una imagen petrificada

Caminado entre letras complejas acompañado de mis ideas locas y miedos sutiles, hoy mis deseos solo apuntan a una caricia o algo sin intención que me cuente que me quiere.
Que extraño resulta esto que elegí como modelo, que desconozco por completo y me animo a decir que es vida. Donde un rostro petrificado me mira y me dice todo lo que espero escuchar de quienes dicen que me quieren, y párrafos destacados responden mis preguntas.
En sueños despiertos escucho a lo lejos la otra etapa que deje, que por momentos quiero y se vuelve pesadilla cuando tengo que regresar.

diario nocturno

Una noche en la que viento sopla fuerte, mis latidos son anormales y mi furia interminable. Mi corazón susceptible vuelve a buscar esas respuestas inexplicables que en el transcurso de este siclo no pudo entender.
Se fueron ciento veinte reinas del castillo quedando perdido el deseo de una aldea en medio del olvido, tal vez sea el correspondiente castigo para mi forma diferente y arrogante de vivir esto que nunca considere vida.
No me entrego ni te quiero, no me muero ni me muevo por irte a buscar. No se que tipo de guerra estoy haciendo, no conozco ni siquiera mis compañeros, y me siento agotado de esos sueños tirados y esos llantos mal tratados sin razón de ser.
Muchos piden que grite cuando sea vecino de la soledad, cuando una editorial extraña y sin nombre ya lleva más de un año publicando un malestar. Que no avisa que te toca, que no dice cuando se va. Que te besa y te derrota y te quiere mucho más.

sin dormir y sin retorno

Enséñame si es que se puede o cuéntame alguna historia que pueda guiarme, dime cómo duermo cuando el sueño es distante y me vuelvo frágil sin querer saber la razón, cómo atropo ese sonido inconcluso que no conozco y ya se esta por ir, como explicarle a mi parte insensata que necesito desesperadamente un fin.
No me quedan pelos y mi cara reflejada en el espejo representa al ser más despreciable que he podido conocer. Mientras camino y camino, el viento endemoniado ha encontrado la forma de penetrar en mí, haciéndolo todo el tiempo por el mismo lugar.
A pesar que los días son ampliamente prolongados podría asegurar que los próximos episodios serán más crueles hasta llegar alguna vez a la casa sin retorno, de la cual por momentos no logro volver por completo.