el vacio de una ciudad

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ese es tal vez el lugar...

miércoles, 28 de julio de 2010

Profanados sin existir




Todo se queda en el lugar que se va, y nos quedan tantas palabras sin decir en ese día, que necesitamos cada tanto traerlos para calmar la angustia de no haberlo dicho a tiempo.
Es verdad que los momentos que han quedado en el camino deberían también ser parte del olvido, para no auto condenarnos por lo que no supimos hacer. Pero también es cierto que es grande, muy grande, la angustia de la perdida, sabiendo de nuestro coraje insuficiente.
Podremos pasar por esa vereda que guarda miles de recuerdos insignificantes, donde pasamos ratos inolvidables. Pero no volveremos a transitar lo que realmente queremos; por eso ya se fue.
Es tan injusto esto, tan mecánico y para nada pensado en nosotros. Que debemos transitar los días y los años sin podernos quedar en ese lugar, que luego recordamos la vida entera. O la otra cara de esto podría ser nuestra entupida ingenuidad, al no entender el proceso y querer y quedar aferrados a lo irrecuperable que queda atrapado en algún olvido. Siendo el olvido en el mundo la cosa más artificial.

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