el vacio de una ciudad

el vacio de una ciudad
ese es tal vez el lugar...

jueves, 3 de febrero de 2011

Predicadores adictos de razón

Las flores son de colores para que los grises puedan discutir sobre algo, mientras tanto miramos el horizonte y le enseñamos al cobarde como debe actuar, y solo bastara que el cobarde gane poder sobre su codicia para que se olvide que antes de ti solo era un cobarde mas.
Quizás seamos indefinidos por nunca haber sido lo más fácil, por no haber sido lo que todos son. Tal vez, según las ganas de nuestro querer, revivamos el imperio romano nuevamente para ser el gran Julio Cesar o el mismo Marco Aurelio, y porque no ser esclavos también. Pues es esta la esencia de nuestra perdida forma de ser, ser el huracán de la gloria para luego ser simplemente un ente que camina calles que no conoce porque nada entiende.
Así como los autos circulan las calles, porque para eso fueron creados. Así como Julieta al despertar solo necesitaba a Romeo. Así como llueve este o no mojado el destino. Nosotros solo pensamos, solo pensamos para luego contar, contamos sin esperar que nos crean, y si alguien alguna vez llegara a creernos el mundo quizás llegue a cambiar.
Y es la consecuencia de esto, la interminable lucha por integrarnos al enfermizo ecosistema que habitamos. Es el precio a pagar, el nunca poder ser compatible a los supuestos normales, teniendo así que descansar en penas y alegrías provocadas para mañana salir nuevamente a predica

No hay comentarios:

Publicar un comentario