el vacio de una ciudad

el vacio de una ciudad
ese es tal vez el lugar...

jueves, 3 de febrero de 2011

Quizas alguien pueda


Ya no quedan rutas para caminar las caminatas interminables, se agotaron las palabras para que otros puedan entender. No podemos en estos año educar la educación, solo podemos adaptaros a las distorsiones del tiempo y no por eso la gente deja ser feliz.
Nos amoldamos a la cara visible, nos convertimos en cualquier cosa con tal ser, prohibimos a las buenas acciones que nos purifiquen el alma, pues creemos que el alma es eso desagradable que somos.
Nos auto destruimos condenándonos y asumiendo las imperfecciones del mundo en su totalidad, y no deliberamos una buena idea porque necesitamos contarles a todos la decadencia de nuestra inconfortable vida, de no ser así deberíamos hacer algo para el cambio, y el cambio demanda demasiado esfuerzo.
Nos hemos olvidado de aquellas sonrisas tan pero tan grande que se comparaban con el mundo, ya no tenemos ni recuperaremos esa esencia sin maldad, pues la maldad son los días, los días son decadentes y la decadencia la aceptamos aquella vez que no supimos tolerar un error.
Donde están los años que se fueron, donde se hospeda la vida de verdad..?

Ya no importa mucho que alguien te mande parte de su vida en un sobre el mes de diciembre, resulta poca cosa las palabras bien intencionadas, y podríamos escribir millones de cartas pidiendo perdón, pero esos otros no perdonan porque nunca se han sabido perdonar.
Caminemos en el cielo, deslicémonos por lo burdo y artificial, cantemos canciones in entendibles y demos el mejor beso antes dado, y por mas que nadie lo note alguien en el mundo será feliz, quien pueda hacerlo…

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